Göttinger Predigten im Internet
ed. by U. Nembach, J. Neukirch, C. Dinkel, I. Karle

Predicación para el 4° domingo de Cuaresma, 26 de marzo de 2006
Texto: Juan 3.14-21 por Patricia Cuyatti
(-> A las predicaciones actuales: www.predigten.uni-goettingen.de)


Temor a que la luz nos descubra: Síntoma de crisis

Comencemos dialogando con la congregación sobre:
¿Cuáles son sus prioridades hoy en día? (sensibilidad en lo personal)
¿Cuáles las prioridades de nuestra comunidad? (sensibilidad en lo comunal)
Después que Jesús nos ha mostrado cuan bien conoce a cada persona y consecuentemente a la humanidad, con la purificación del templo nos ha llamado a centrarnos en su mensaje de vida nueva. Por esta razón cuando Nicodemo lo visita de noche para buscar respuestas a las señales que Jesús venia haciendo, el tema del nuevo nacimiento vuelve a escena.
Dando un paso hacia delante, Jesús busca que meditemos en la estrecha relación que el nuevo nacimiento tiene con nuestras prioridades personales y con las prioridades de la comunidad donde vivimos. ¿Cuánta atención prestamos al mensaje de Jesús en relación a nuestras prioridades?

Preferencias y ofrecimientos…
A diario nos encontramos con ofertas o las ofertas no encuentran a nosotros/as. Objetos que seducen nuestros deseos y otros que son “justo lo que buscábamos” aparecen por los diarios, televisor, anuncios, etc. La ideología del mercado es justamente esta: el de “satisfacer a los clientes”. La oferta a la satisfacción esta por doquier y mueve no solo nuestra economía, sino también nuestros deseos y sentimientos.
Lo mismo sucede cuando en el ambiente electoral los partidos políticos se esfuerzan por vender sus propuestas. Dentro de tres semanas la población de Perú volverá a elegir en las urnas a un nuevo gobierno. Aunque la elección permitirá un nuevo proceso organizativo entre políticos/as que deberán administrar la vida de nuestro país, la elección se centra en ciertas personas o líderes políticos. Un colega compartía que “pese a las lecciones del pasado, hoy se está repitiendo lo mismo de siempre: promesas, ataques, intrigas, mentiras y ambiciones. Todo lo posible y hasta lo imposible por llegar al poder”. ¿Dónde reside nuestro problema? Me he preguntado una y otra vez.
El punto es que nos hemos acostumbrado a poner nuestras expectativas y esperanzas una persona. Una persona que con su monologo o su discurso electoral nos llena de expectativas y hasta levanta solución a problemas de nuestra comunidad, que otras personas no se habían fijado. Si observamos con atención, encontraremos que el punto es caer en el encantamiento del monologo e identificarse con las propuestas planteadas. Dos elementos están en juego: “creer” para elegir y “recibir la confianza” para ser elegido. Credibilidad y confianza vuelven al escenario aunque la duda dance su propio ritmo y levante nuestros nervios y desconfianza.

… pero la Verdad se nos ha acercado
Si tratamos de buscar la verdad en nuestra historia empolvada de esfuerzos por construir una sociedad diferente y oscurecida por discriminación, muertes, abuso de poder, empobrecimiento, y cuanta negatividad podamos mencionar, nos damos cuenta que con dificultad ciertas verdades salen a luz después de una larga lucha contra la mentira, el engaño, la corrupción, el disimulo y todo tipo de artimañas por tratar de ocultarla.
Algo que todavía esta fresco en nuestra memoria es el viaje de una dictadura Fujimorista, donde se prohibió la libertad de expresión, y el arribo a una democracia Toledista que dio lugar a todo tipo de reclamos, protestas, paros y a permitir que la corrupción siga creciendo. Paradójicamente dicha democracia se mantuvo bajo políticas ya determinadas dando lugar a un “desarrollo” que ha favorecido en el mayor de los casos al enriquecimiento de inversionistas mayoritariamente extranjeras y con fuertes presiones que incrementaron el empobrecimiento, desempleo y subempleo. ¿Qué pasó con las promesas?
Vale recordar que nuestra confianza ha sido maltratada y abusada. En medio de mentiras y engaños se ha hecho difícil practicar la verdad. Dejar de practicar la verdad es una actitud de quienes “aborrecen la luz (…) por temor a que sus obras queden a descubierto” v.20. El acto de aborrecer se opone al de creer. En este caso, creer no guarda relación a un personaje político que sepa llenar nuestras esperanzas con sus monólogos. Creer esta directamente vinculado con el unigénito Hijo de Dios, con Jesús. El mismo que fue entregado para ofrecernos vida y no condenación v. 17.
El evangelio de Juan presenta a Jesús como La Verdad, es decir como la única posibilidad de encontrar paz y de alcanzar nuestra esperanza de justicia en Dios. Dicha verdad esta muy bien expresada por medio de la luz. “La luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas” v.19. Pero la paradoja del ser humano es su contradicción en la satisfacción de intereses personales o de una minoría, en esa tarea quienes tienen poder son capaces de usarla para engañar ofreciendo una forma de vida injusta como si respondiera a la verdad.
A diferencia de esta actitud, Jesús se acerca a cada persona ofreciéndole salvación. No es como aquellas ofertas electoreras, se trata de una relación mediada por el cambio que Dios realiza en la vida de cada persona y que afecta a la vida de la comunidad. Cambio que en primer lugar se empapa del amor de Dios y lo reproduce a todo nivel; cambio que permite descubrir dones y capacidades para realizarnos en la vida y ponerlas al servicio de otros y otras; cambio que abre nuestras barreras y nos permite construir relaciones encontrándonos como sujetos dignos y como personas con valor –sea quien fuera-; cambio que rompe monólogos y permite diálogos: aquella posibilidad de interactuar con quien es y piensa diferente a mi o a ti; cambios que como Iglesia nos lleva a asumir la responsabilidad de educarnos y organizarnos para no repetir el mundo de mentiras, ofertas, engaños, aprovechamientos; cambios que nos mueve a recobrar la credibilidad entre semejantes.

…y nos ha desafiado a vivir en credibilidad.
¿No era esto lo que Jesús estuvo tratando de decir a Nicodemo cuando le dijo que debía “nacer de nuevo”? En efecto, nuevo nacimiento es la inspiración Divina, la obra de el Espíritu de Vida que nos mueve a creer, y creer en La Verdad, en su oferta de reconciliación con Dios. Lo que esta de por medio es una respuesta al amor de Dios. En otras palabras la reciprocidad en amor no responde a una simple propuesta, a un concepto, a una doctrina; sino al amor que el Reino de Dios nos otorga. Jesús es el punto central donde se sitúa la fe que san Juan trae.
Nicodemo – un Rabí, una persona muy instruida había venido a buscar consejo de Jesús. Pero la sabiduría no se relaciona con conocimiento ni con lo mucho que podamos conocer. Sabiduría es “vincularse a Dios”, y su principio es el temor a Dios como lo indica Proverbios 1.7. Temor aquí no es tiritar de miedo y quedar paralizado por ello. Temor es la dependencia en respeto y confianza de Dios. Esto solo es posible cuando nos afectamos por su amor y salvación, cuando reconocemos nuestra imposibilidad de vivir en paz y bendición sin su presencia. Lejos de Dios y en las tinieblas lo mucho que lograremos es condenarnos (v. 20) porque nuestras obras sin Dios siempre irán en contra de la vida.
Si el mensaje dice claramente que Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo sino para salvarlo por medio de él, entonces se hace imprescindible prestar atención a aquel Jesús que vino a nuestro encuentro. Posiblemente estemos tratando de alcanzar nuestras prioridades personales o en comunidad, y eso es admirable; pero es mucho mas bendecido si están mediados por la voluntad y el amor de Dios.
A diferencia de las promesas electoreras que son muchas y siempre actuales a la necesidad de la sociedad, Dios nos ofrece la promesa de salvación y vida eterna por medio de su Hijo. Y el no juega con nuestra credibilidad, creer es importante porque nos mueve a vivir en luz, lo cual significa que Dios afecta con su mensaje de amor a otras personas. En este sentido, Dios nos da la posibilidad de servir. Un elemento importante en el servicio es abrirnos a un dialogo y promover esta forma de vida en diferentes niveles. Los monólogos, ya están usados y abusados por políticos que vienen y pasan, pero si vamos construyendo comunidades donde el respeto y el dialogo construya relaciones y proyectos participativos, podremos seguir aquella oportunidad de ser y vivir en luz.

Creemos y renovamos nuestra relación con Dios
Creer en Dios promueve el vernos y relacionarnos como personas, como seres humanos dignos. Este principio afecta cualquier forma de relación, incluso aquellos modelos económicos que oprimen y dejan sin sentido la vida de muchas personas.
Creer es promover esperanza y el cumplimiento de no vivir en condena sino en libertad;
Creer es volver a depositar nuestra confianza en quien no la puede estropear, usar ni ignorar: en Dios. Esta fe es liberadora, porque nos desliga de poner nuestra confianza en personas, y a la vez es promotora de vida, porque nos impulsa a ir adelante en medio de tanta incredulidad y desconfianza con el compromiso coherente de vivir en la certeza de la presencia real de Dios en el mundo. De ahí que salvación es vivir proyectando aquella Verdad, siendo diferentes en medio de la corrupción, del engaño, de las falsas promesas, es ser luz por gracia de Dios.

A Dios gracias por su bondad y amor en Cristo Jesús.

Pastora Patricia Cuyatti, Peru
moyavida@hotmail.com


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