Göttinger Predigten im Internet
hg. von U. Nembach

Predicación para el 24° Domingo de Pentecostés. Fecha: 30 de octubre de 2005
Texto según LET serie A: Mateo 23, 1 - 12 por Sergio Schmidt

(-> A las predicaciones actuales: www.predigten.uni-goettingen.de)


Título: Religión: ¿mi alegría o mi depresión?

Apreciada Comunidad:
Jesús estaba hablando a la multitud sobre los escribas y los fariseos. En verdad, no salen bien parados de la descripción que se hace de ellos!! Jesús realiza un detallado listado de los vicios y defectos que éstos tenían y, lo que es peor, lo que hacían padecer y sufrir a los demás. Veamos brevemente dos críticas principales que realiza Jesús.

1º) Jesús reprende en primer lugar el comportamiento duro y extremadamente riguroso que ellos tienen. Imponían cargas y más cargas pero, lo más importante es que, en su propia vida privada, no les interesaba cumplirlas. Y no sólo eso, sino que lo que ellos imponían no venía de parte de Dios, eran puras tradiciones humanas…

Tras que la vida era dura, ellos la complicaban más.

Me pregunto: ¿Cómo son nuestras iglesias y comunidades? ¿Ayudan a que la vida sea más liviana? ¿O seguimos empecinados en poner carga tras carga en los hombros de las personas? ¿No podríamos decir que constantemente estamos poniendo demasiadas tradiciones humanas en la relación de las personas con Dios?

2º) Otros vicios de los fariseos y escribas eran la soberbia y la ostentación. Los fariseos y los escriban buscan fama y popularidad.

La ostentación en sí misma. La soberbia estaba al orden del día.

Me pregunto: ¿Nosotros como andamos? ¿No es verdad que cuanto más hablamos del “no-poder” más lo buscamos? ¿No vemos que cuanto más tenemos a los pobres en nuestros labios, menos están en nuestro corazón y en nuestro compromiso diario? ¿Cómo andan nuestras relaciones ecuménicas? ¿Podemos sentirnos como hermanos y hermanas?

Pero, no todo es crítica en el discurso de Jesús. Jesús propone un camino diferente al criticado, camino que su Iglesia debe seguir.

1º) Jesús no prohíbe los títulos de de honor eclesiásticos dentro de las Iglesias. Lo que sí, nos alerta a que no los usemos para la vanagloria, la soberbia y la vanidad. ¿Y para qué los demos usar? Para servir más y mejor.

Estoy convencido que no es malo en sí, la búsqueda del poder; ¿por qué tiene ser malo? Para Jesús es importante es que lo que hacemos dentro de la Iglesia sea para servir más y mejor. Jesús siempre decía que el poder y los títulos no tienen que ser -como siempre pasaba- para sí mismo, sino para servir más y mejor a los demás, tanto a Dios como a los demás, a los que Dios me pone al lado mío en mi caminar por la vida.

2º) Todos somos iguales! Todos tenemos un mismo Padre en el Cielo;
Todos somos hijos del mismo Padre;
Todos somos discípulo del mismo maestro;
Todos trabajamos para un mismo Señor.

Todo esto nos suena harto conocido, lo sé. Pero, ¿ y por qué nos cuesta tanto sentirnos como hermanas y hermanos en la fe?

Es como la historia(*) que cuenta que un hombre ya mayor, que era sumamente corto de vista, se consideraba un experto para evaluar obras de arte. Un día, él fue a visitar un museo con unos amigos. Él se había olvidado los anteojos y no podía ver con claridad las pinturas, lo que no le impedía expresar sus opiniones en forma terminante. Apenas entraron a la galería, empezó a criticar las diversas pinturas.

Deteniéndose delante de lo que consideraba un retrato de tamaño natural, empezó diciendo, "Ese marco no va con la pintura. El hombre se vé demasiado sencillo y está mal vestido. Realmente fue un error que el artista seleccionara una persona así para su retrato".

El hombre seguía criticando y criticando, hasta que finalmente su esposa lo llevó a un lado y le dijo al oído, "Querido, estás frente a un espejo".

Si todavía no nos podemos amar como hermaos y hermanas en la fe es, simplemente. Nuestra culpa.

En Cristo tenemos todo para lograr la unidad, ¿Qué esperamos para logarla nosotros los crisatianos?

¡Empecemos por casa!

Amén.

Sergio A. Schmidt
IERP
Bs. As.
breschischmidt@telecentro.com.ar

(*) Autores: Fuente: Red de amigos cristianos.



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