Göttinger Predigten im Internet
hg. von U. Nembach

Predicación para el 2° Domingo de Pentecostés. Fecha: 29 de mayo de 2005
Texto según LET serie A : Mt 7, 21 - 29 por Julio Strauch

(-> A las predicaciones actuales: www.predigten.uni-goettingen.de)


Gracia y paz de nuestro Señor Jesucristo.

Lectura del texto: Mateo 7: 21-29

Te lo advertí, te dije que si hacías eso ibas a sufrir las consecuencias. ¿Porqué no seguiste mi consejo, si lo hubieras hecho hoy no estarías sufriendo? ¿Te orienté para que no siguieras por ese camino porque ibas a terminar mal, no me hiciste caso ahora tienes que pagar las consecuencias? ¿Cuantas veces en nuestra vida hemos escuchado estas u otras palabras semejantes? Parece que la experiencia de los otros no nos sirve para nuestras vidas. Así pensamos cuando no oímos los consejos, sugerencias o recomendaciones de los otros. Podemos preguntarnos qué es lo que está detrás de un consejo, de una advertencia, de una exhortación. Creo que detrás de un consejo hay un interés por nosotros, hay una intención de evitar un sufrimiento, un dolor, una consecuencia negativa. Creo que detrás de un consejo hay amor. Cuando una madre advierte a su pequeño que no haga esto o aquello porque se puede lastimar hay una demostración de cuidado, de cariño, de amor. Cuando un padre aconseja a su hijo o hija que utilice preservativos cuando tenga relaciones, hay una intención de protección, de cuidado, de amor. Cuando un amigo nos advierte sobre los peligros de la droga, hay también una preocupación y una intención protectora. Es cierto que muchas veces no hacemos caso de estos consejos porque no nos damos cuenta de la intención, sino que pensamos que nos quieren cortar las alas o nos quieren controlar la vida. Muchas veces nos damos cuenta solamente cuando comenzamos a sufrir las consecuencias de nuestros propios actos. No aprendemos por el amor, sino por el dolor.

Claro que también están los consejos mal intencionados que buscan justamente lo contrario, es decir que nos quieren perjudicar.

Jesús nos advierte positivamente, es decir que nos dice que si hacemos la voluntad del Padre las consecuencias serán positivas.

Jesús no promete castigo, sino salvación.

Jesús en este pasaje nos quiere recomendar, aconsejar, advertir, exhortar, orientar, sugerir que para comenzar a vivir y trabajar por el Reino de Dios hay que hacer la voluntad del Padre. En caso contrario no hay forma de vivir el Reino de Dios. Nos pide que seamos prudentes y sigamos su consejo. Y lo hace porque nos conoce y porque nos ama. Vivir de acuerdo a la voluntad del Padre tiene que ver con: reconocer nuestras necesidades espirituales, dejarnos consolar por Dios, ser humildes, buscar la justicia, ser compasivos, tener el corazón limpio, buscar la paz, sufrir persecución y humillación por su causa. Jesús nos dice que si vivimos de esta forma la consecuencia será el Reino. Es nuestra la decisión. Siempre es nuestra la decisión. Seamos sensatos.

Julio Strauch
ckatuete@cde.rieder.net.py
Katueté Paraguay

 


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