Göttinger Predigten im Internet
hg. von U. Nembach

Salmos del Tiempo de Cuaresma
Predicación para el domingo INVOCAVIT, 13 de febrero de 2005
Texto: Salmo 91: 15 por Walter Dennis Muñoz
(-> A las predicaciones actuales: www.predigten.uni-goettingen.de)


DIOS Y EL HOMBRE EN EL SIGLO XXI

Salmo 91:15

Tengo a la vista algunos textos que constituyen el texto fáctico del mundo actual desde donde sería productivo leer esta confianza tan contundente del salmista sobre el modo en que Dios actúa. Entiendo por mundo fáctico el mundo tal cuál es y no el que quisiéramos que fuese. Dos cosas debemos retener de este salmo. Le digo a Dios que puedo confiar en Él y el salmista dice. Cierto, puedes confiar en el Él, porque como salmista sé que el hombre en la fidelidad de Dios vivirá. Más adelante dirá...”lo ampararé pues conoció mi nombre...” (sigo la versión de Bover y Cantera). Hay en la constitución de la especie humana, verificable al través de la historia y de nuestras vivencias personales y en las interacciones interpersonales y sociales la convicción de que somos frágiles y poco confiables. Hemos hecho del desencanto casi una institución en lo político principalmente, pero también en lo religioso y en la época de Jesús se ve la conducta dogmática, manipuladora e hipócrita de las cúpulas religiosas cargando a la gente con culpas y castigo, ejerciendo un control de hierro sobre el pueblo que Jesús desactiva llamando a los cargados y cansados a aligerarse, alegrarse al dejar una carga innecesaria pues en Jesús hay descanso, valorización de la vida y goce de la misma.

Es posible conocer a Dios?

Quiero recordar una vieja anécdota que protagonizara Karl Barth, teólogo que siempre tuvo la audacia de provocar nuestra inteligencia. Un creyente muy vinculado a los efectos emocionales y orgánicos que determinarían nuestra condición verdadera de creyentes auténticos le preguntó a Barth que cuando había experimentado su segundo nacimiento, y Barth contestó; En la cuna de Belén. Si hoy nos preguntaran donde pondría mi esperanza en un mundo tan contradictorio, lleno de muertes, de guerras absurdas, de proliferación de armas y de tanta hambre para millones de personas, contestaría; En la Cruz vacía....

Cada minuto muere en el mundo una persona producto de un arma de fuego. No sólo es el negocio más fructífero, el tráfico de armas, sino que algunos de ellos compran diarios importantes lo que hace que cada día lo que los medios nos cuentan sea más y más dudoso lo que significa que cada día tengamos menos información cualitativa. Según una periodista española hay en la civilidad en el mundo un arma de fuego cada 9 o 10 personas.

La OIT, Oficina Internacional del Trabajo, nos dice, que en año 2003, 2.800 millones de personas tenían empleo, sin embargo, la mitad de ellos, 1.400 millones, viven con menos del equivalente a dos dólares por día y 550 millones viven por debajo de la línea de la pobreza de un dólar por día. Junto a eso la flexibilidad laboral que destroza el símbolo del futuro y lleva a los jóvenes a vivir el presente bajo un presentismo patológico jugándosela todo en el instante. Allí está la droga, el sexo fácil relatado ya con antelación en la película La naranja mecánica, donde el cinismo y el alejamiento de su derecho a ser parte de las decisiones políticas de sus propias naciones, los lleva a la violencia, la droga, el alcohol y a la autoexclusión al no existir estructuras de integración social válidas.

La FAO estima que 852 millones de personas en el mundo padecían de desnutrición en los años 2000-2, incluso 9 millones de ellas en países industrializados.

CINCO MILLONES DE NIÑOS AL AÑO mueren por desnutrición y/ o por en enfermedades curables, como diarreas, neumonía, paludismo o sarampión. Mientras algunas religiones occidentales discuten cuando estamos frente a un ser humano en el proceso de gestación, en el mundo nacen más de 20 millones de bebés por año con insuficiencia de peso, que corren además el peligro de morir en la infancia, de sufrir discapacidades físicas y mentales durante toda su vida.

¿Conocemos a Dios? O nuevamente hemos creado un símbolo objeto, comodín para legitimar nuestros egoísmos e incluso justificar muertes pretendiendo defender valores significativos.

Los conflictos armados basados en la lucha contra el eje del mal tiene miles de niños, mujeres y ancianos muertos por armas de quienes se sienten custodios de la libertad y la democracia.

Veamos en el campo del medio ambiente con tantos cambios climáticos visibles hoy sólo EE UU produce el 25 por ciento de la contaminación del planeta sin que a nadie le interese el mañana por que el hoy produce grandes ganancias para las multinacionales, y los controladores de las empresas contaminantes.

Aquel que le conoce ...” me invocará y yo le escucharé......En castellano invocar tiene varias acepciones como , suplicar, solicitar, alegar, evocar, clamar, aducir, recurrir, implorar, rogar, exponer. Distintos modos del diálogo, precisamente con un Dios dialogante y sólo hay diálogo con un ser viviente de acuerdo al modo cambiante de la vida humana.. Un Dios que cumple su promesa y nace en Belén, su hijo, Jesús, indudablemente no el niño rubio y de ojos azules made in Hollywood, sino como el Dios que se hace hombre y legitima el sentido inmanente de esta vida, de nuestras vidas, que tienen propósito, metas como de revertir tanto mal ya detallado y muchos otros y no practicar un reduccionismo religioso porque las soluciones están en el campo político, de la salud, de compartir los logros de la ciencia, a veces pervertida por grandes empresas. De la ética kantiana de que no somos medios sino fines, capaces de construir un mundo mejor, aquí y ahora. Por eso la Cruz vacía es la esperanza de esa posibilidad, porque Cristo está vivo para creer que es posible un mundo mejor. Por eso la semana santa no es ni la fiesta del conejito ni sólo de alegres vacaciones, es también la celebración del triunfo de la vida sobre la muerte y que en la fidelidad de Dios podemos con su ayuda, si realmente lo conocemos habitar una tierra de paz, justicia y fraternidad.

La cuna de Belén es la horizontalidad de la presencia de Dios en Cristo, del sentido inmanente de nuestras vidas, que esta vida vale. La Cruz vacía es la verticalidad del sentido trascendente de la vida , que no somos un conjunto de procesos químicos azarosos. Somos quienes negándolo hasta la cruz, en Cristo, podemos recuperar el propósito de fondo de la creación. Ser frágiles, indefensos pero con la posibilidad generosa de Dios...”Me invocarás, dialogarás conmigo, apelarás, aducirás, rogarás, lo importante es que te escucharé/ en la desgracia estaré a tu lado, te rescataré y tendrás honra, hartura te daré de días largos y te haré contemplar mi salvación....”

La oportunidad está ahí, en el gran texto sagrado de la vida planetaria que una y otra vez esquivamos con los sacramentales sanguinolentos, que tanto se practican en algunas latitudes de quienes” hacen de Jesús” y cargan una cruz y se clavan en ella o de quienes el domingo de resurrección cantan el Aleluya de Haendel y el lunas vuelven a la rutina, sin entender nada, sin cambiar nada dejando a Cristo crucificado hasta el próximo año y al niño de Belén encubierto por papá Noel.

Walter Dennis Muñoz
Periodista y semiólogo
denloyd@adinet.com.uy

 


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